Hoy estaba en misa, no fui regularmente a la iglesia como acostumbro, fue en la playa, mientras el padre hablaba, yo miraba al mar azul, sentí la presencia de Dios en mi corazón y en todo lo que me rodeaba, fue verdaderamente hermoso.
Con cada oración que repito todos los días en misa y que sentía rutinarias logre sentirme nueva y alcanzada por el verdadero amor, logre sentir que la vida me daba otra oportunidad, fue algo similar a la resurrección de nuestro señor Jesucristo, el cual empezó una vida nueva en el paraíso después de haber muerto lleno de heridas y cicatrices, me di cuenta que el cielo y el infierno están simbólicamente en la tierra y que cada quien es quien decide cómo y donde vivir su vida.
Al acabar la misa, me sentía en el paraíso, y más con ese paisaje tan maravilloso que me rodea que es el mar y la poca playa de mi pueblo.
Aprovecho para confesar ante ustedes hermanos que hace muchos días que no me confieso, y sin embargo, comulgue, no lo hice por pecar, lo hice porque quería sentir el cuerpo de Cristo en mi cuerpo y corazón, y ¿saben que recordé?, recordé una lectura bíblica del antiguo testamento, “Dios dijo al pueblo de Israel que hicieran un sacrificio de un cabro macho de un año, debía ser el mejor del rebaño y que con el sellaran las puertas de las casas para que la maldición que Dios echara en esas tierras no tocaran a su pueblo, y por ultimo mando que comieran toda la carne del sacrificio” lo acomode a lo que estaba viviendo y a lo que había pasado hace algunos miles de años, pensé: “Hace algunos miles de años Dios hizo su sacrificio, envió a su hijo a la tierra, donde paso mucho trabajo, luego lo sacrifico, y nos dejó de herencia su cuerpo y sangre, que con cada vez que hacemos el sacramento de la comunión sellamos nuestro cuerpo y alma del mal y somos perdonados una vez más por nuestros pecados; ese cáliz lo puedo comparar con el sello de sangre que el pueblo de Israel puso en su puerta”.
Ya nueva y sellada con el cuerpo y la sangre preciosa de Cristo, me senté en Océanos por unas horas más y de mi interpretación saque otra “Jesús murió en la cruz por nuestros pecados y estos están o serán perdonados, lo hizo como esos corderos gordos, los mejores del rebaño, (él es el mejor en el mundo) y de seguro que el sacrificio se hace efectivo o real cuando lo hacemos al pie de la letra como lo dispone Dios, es decir, cumpliendo con sus mandamientos y llevando a cabo los sacramentos que uno a uno el dispuso”